Divagación suprema, suprema divagación

Siento náuseas, siento un nudo en la garganta… y aun así, no puedo dejar de mirar. Voy al encuentro de miles de ojos insensibles ya a la monotonía del morbo. Me pregunto si formo parte de ese grupo de buenos ciudadanos, o será sólo la satisfacción de mi muy reprimido ser violento lo que se pone de manifiesto.

Las imágenes… la sensación, las náuseas, mis ojos se debaten entre el espectáculo y la negación. Hace días ya, que mi mente ha pasado a un estado creativo impresionante, sangriento y destructivo, morboso, pues. Hace algunos meses -casi un año, ahora que lo recuerdo con la nostalgia debida- encontré en un bazar un libro de un periodista italiano. Me llamó la atención la portada, una ilustración de Andy Warhol: me gustó la combinación italo-warholiana, no sabía mucho de la mafia de aquella lejana península, pero igual me lo llevé. No esperaba mucho, el libro parecía maltratado, me costó 60 pesos.

Da igual, lo abrí esa misma noche porque no tenía otra cosa que leer, hacía un calor terrible, estaba en casa ajena añorando la mía, estaba en pueblo ajeno añorando el mío. Contrario a todos mis desatinados pronósticos -como suelen ser siempre, en muchas circunstancias de mi vida- desde la primera línea quedé atrapada por lo que leí. No se trataba de una novela con una historia bonita, era más bien una historia nada bonita pero sobre todo real. Real porque lo vivió en carne propia, real porque se repite como se reproducen las cucarachas. Real, nada más.

Comencé entonces a notar las similitudes, comencé a hacer un recuento de los daños y resultó que sus daños eran nuestros daños.

Resultó, después de todo, que sus frases mafiosas, copiadas de las mejores películas de todos los tiempos, eran también nuestras… todo rebajado y descontextualizado, todo tan burdo y ridículo.

Resultó que me quedé dormida y soñé asfixia, y cuando desperté el monstruo ya no estaba bajo la cama, estaba durmiendo junto a mí.

About lizmendozas

Experta en tripodología felina. Quisiera ser tortuga y vivir en el mar.
This entry was posted in Historias inventos and tagged , , , , , , . Bookmark the permalink.

Leave a comment