Desesperación, tristeza infinita… sí, tienen razón, se te hace vicio.
Es como una adicción a los sentimientos, a los malestares. Abrir el periódico -en su formato digital, cabe aclarar- y leer malas, horribles noticias, decadencias y miedos, carencias, desolaciones y muertes.
Me dan ganas de dormir, dormir por horas y horas, no despertar para no saber. Uno es más feliz cuando no sabe.
Mis ojos ya se acostumbraron a la falta de maquillaje, a la hinchazón y a la falta de horas de sueño. Mi aspecto, no. Los espejos, tampoco.
Y por este día lo único que me queda es seguir los malos consejos de la poeta del cuerpo, Pina Bausch, y pensar que lo mejor es bailar y bailar, porque de otra forma, estamos perdidos.